Thursday, May 25, 2006

MAURICIO MAGDALENO, UN ESCRITOR DE CULTO

Homenaje en Bellas Artes en los cien años de su nacimiento


El pasado domingo 14 de mayo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se rindió un homenaje al escritor zacatecano Mauricio Magdaleno, para conmemorar el primer centenario de su nacimiento.

Con la presencia de varios integrantes de la familia del escritor, tanto entre el público como en el escenario (Marcela Magdaleno leyó un texto y Vicente Garza Magdaleno tocó el piano), se realizó el evento que contó con la participación de los escritores Hugo Gutiérrez Vega y Juan Domingo Argüelles y con la moderación de Silvia Molina, directora del Centro Nacional de Información y Promoción de Literatura del INBA.


Los recuerdos de la nieta

La primera en participar fue la nieta del homenajeado, quien leyó un larguísimo texto en el que mezcló los recuerdos que tiene del abuelo con las descripciones de los diversos oficios que desempeñó el autor de El resplandor.

Fueron conmovedores los diálogos e imágenes que Marcela trajo de sus recuerdos:
- “Abuelito ¿qué opinas de los autores modernos?
- “Solamente escriben puras obscenidades. Mira chatita, mejor ve y tráeme un vaso de wishky con un poco de agua, pero que no se dé cuenta tu abuelita
“Lo recibía feliz, después del segundo trago sus mejillas se teñían de un rosa tenue sobre la piel pálida. De pronto se abrían las compuertas de su imaginación y hacíamos contacto:
- “Háblame de la revolución.
- “¿Cuál revolución? Nunca hubo tal, eso que vivimos fue una lucha abortada, un alarido sofocado…”
(…)
“Cuando murió me quedé en su casa, lo primero que hice fue ir a donde no debía ir: al aposento sagrado, al lugar prohibido, la biblioteca; por fin solos él y yo, el lugar de mística y magia, el único lugar donde el cuerpo arde eterno en la casa de mis abuelos…”.
(…)
“Recuerdo que en tu escritorio había una vieja agenda, consulté los datos de tus amigos, les hablé y los cité: deambulé por las colonias del Valle, Condesa, Pedregal, Narvarte; pocos quedaban vivos pero revivían historias maravillosas; a ninguno le hablé de tu muerte y todos te mandaban mensajes: Andrés Henestrosa, Pancho Limón, Fedro Guillén, Santiago Genovés, Arturo Azuela: ‘Dile que nos vemos este viernes en el Club Suizo’; ‘Si por supuesto, yo le digo’. Pero de todos ellos hubo alguien que me impactó, porque realmente vivía las páginas del Fausto de Goethe, él era Juanito, tu compañero inseparable de luz y creación: Juan Bustillo Oro…”

Rememoró también algunos pasajes que el autor de Cabellos de Elote vivió como luchador social en torno a la figura de José Vasconcelos. Marcela mostró algunos carteles y fotografías que testimonian la participación de Mauricio Magdaleno en movimientos de esa época.

Concluyó su participación con algunas frases en que expresaba su sentir sobre la ausencia del escritor y diciendo que en su obra, el autor zacatecano aún permanece vivo.


La entrevista Magdaleno-Carballo

Posteriormente tomó la palabra Juan Domingo Argüelles, quien recordó que además de los 100 años del nacimiento de Mauricio Magdaleno que se cumplieron el sábado 13 de mayo, el día 30 del próximo mes se cumplirían 20 años de su muerte, que este año se cumplirá medio siglo de Las Palabras Perdidas (relatos en que el escritor hace un recuento de algunos hechos de la historia de México durante la etapa vasconcelista), y que el próximo año se cumplirán 70 años de “su máxima novela” El resplandor, agregando con ello que hay varios motivos para conmemorar.

Argüelles leyó un texto en el que refería la entrevista que Emanuel Carballo le hizo en 1985 al autor de Cabellos de Elote. Mencionó que esta entrevista se publicó casi 10 años después en una nueva edición del libro Protagonistas de la Literatura Mexicana. Luego hizo una comparación entre la obra de Juan Rulfo y Mauricio Magdaleno: “dos escritores de parecida estirpe, de similares preocupaciones temáticas, al grado tal de quien lee El Resplandor de Magdaleno y Pedro Páramo de Rulfo, puede hallar sin esfuerzo algunas similitudes que reflejan la realidad de una revolución mexicana que se había pervertido…”

Luego leyó algunos fragmentos de la citada entrevista:

Carballo: Pedro Páramo ¿qué le parece?
Magdaleno: Buena novela, magnífica novela.
Carballo: La Comala de Rulfo se parece a San Andrés de la Cal, tierra desolada, abandonada, miserable, donde los hombres de tan pobres son sombras, muertos en vida.
Magdaleno: Juanito Rulfo me cogió para … fusilarme.
Carballo: ¿Cuándo leyó usted Pedro Páramo encontró elementos de su novelística?
Magdaleno: Los fui encontrando poco a poco, lo cual me dio mucho gusto, Juanito Rulfo es un eminente novelista.
Carballo: Que Spota lo hubiera imitado no tendría gracia, pero que Rulfo haya tomado cosas de usted es un elogio para usted y para Juan Rulfo.
Magdaleno: algunos amigos me dijeron: “tal cosa es tuya”; y yo les dije: “Hombre. Qué bueno, ojalá todo fuera mío”.

Luego, Argüelles destacó la importancia de la obra de Mauricio Magdaleno, diciendo que si este autor tan sólo hubiese escrito la novela El Resplandor y el volumen de cuentos El ardiente Verano, “bastarían estos dos libros para que figurase, con entero derecho, entre nuestros más importantes narradores”

Como cuentista, dijo, pertenece a la estirpe de Ángel de Campo “Micrós” y Rafael Delgado y como novelista “está muy emparentado con alguno de los más importantes escritores hispanoamericanos que preludian el famoso ‘boom’ de las letras en la segunda mitad del siglo XX: el colombiano José Eustasio Rivera, el venezolano Rómulo Gallegos, el peruano José María Arguedas, entre otros”.

Después hizo una reseña de la máxima novela del autor zacatecano, destacando, entre otras cosas, el valor poético de la obra, que también dijo, es una constante en algunos de sus cuentos. Se mostró de acuerdo con Emanuel Carballo al decir que “El Resplandor es una de las cuatro o cinco grandes novelas de la literatura mexicana… una novela más nueva que le periódico de hoy, totalmente vigente en cuanto estructura y estilo y en cuanto las tesis que de ella se desprenden.” También habló de la riqueza de algunos de sus cuentos, entre los que destacó, por “impactantes y sugestivos”, los siguientes: Estrellas de noviembre, Palo encebado, Teponaxtle, Leña verde, Pasos a mi espalda y Viernes santo en Ixtapalapa.

Finalmente Juan Domingo se refirió a la marginación de que, en su época fue objeto Mauricio Magdaleno y lo que el escritor opinaba al respecto: “estoy marginado y qué importa, así por lo menos los periodistas me dejan en paz, no me entrevistan”; en otra ocasión también opinó “las nuevas generaciones no me conocen, ni, por su puesto me leen, no existo para ellas”.

También decía, según Argüelles, que en México había algunos escritores y algunos grupos de intelectuales que lo menospreciaban y trayendo nuevamente la voz de Emanuel Carballo en la entrevista mencionada, leyó: “En general, don Mauricio, desconocen su obra, sin embargo han aprovechado su Resplandor” y la respuesta sarcástica de don Mauricio: “que lo aprovechen”. Sobre este mismo tema, la voz de Magadelo refiriéndose a Ángel de Campo Micrós: “está marginado y no importa si la historia nos hace justicia 50 o 100 años después de nuestra muerte”.

Luego la voz del propio Argüelles: “Ojalà que no tengan que pasar 50 o 100 años para reconocer más enfáticamente el valor precursor que tiene la obra de Mauricio Magdaleno en nuestra literatura”.


Un escritor de culto

Antes de la participación de Hugo Gutiérrez Vega, el nieto pianista interpretó algunas piezas clásicas. Luego, con su amenísima forma de charlar, el poeta inició confesándose ferviente admirador del escritor y estudioso de su obra. Luego dijo que a través del tiempo Mauricio Magdaleno se ha convertido en un escritor de culto.

Destacó también la poca importancia que en la actualidad se le da a la obra de este escritor mexicano, hizo notar que en la prensa en los días previos salieron pocas notas sobre la conmemoración de los cien años y aseguró que en los próximos días tampoco se daría mucha difusión al tema, luego agregó: “y que demonios nos importa, qué le importa a Mauricio que nos importa a nosotros, sabemos que es uno de los escritores de culto, fundamentales en la literatura mexicana y que su obra ha ejercido influencia en muchos escritores mexicanos y latinoamericanos”.

Empezó la lectura de la biografía del autor de “El ardiente verano”, destacando algunos aspectos de su vida y su personalidad. Habló de la labor de Magdaleno en el teatro, quien junto con Juan Bustillo Oro, creo un experimento de teatro político y de critica de costumbres: “tres obras fundamentales: Panuco 137, Emiliano Zapata y Trópico”.

Hugo Gutiérrez habló de la estancia de Mauricio Magdaleno en España, a donde se trasladó durante 1932 y 1933, para estudiar en la Universidad Central de Madrid; mencionó su labor en el Sol, periódico madrileño, vocero de la izquierda republicana, dirigido por Martín Luis Guzmán. Dijo que en aquel país, el cuentista y novelista se relacionó con la generación del 27 y que conoció a Lorca, Alberti, Cernuda, Dalí, Salinas, Guillén, Altolaguirre; y una vez que algunos de ellos estuvieron exiliados en México “los apoyó con todo el corazón, porque Don Magdaleno era un hombre de inagotable generosidad”.

Como un momento central en la vida del escritor homenajeado, Gutiérrez Vega destacó el año de 1943, que coincide con la llamada “Época de Oro” del cine mexicano; se refirió a la trilogía que Magadelo formó junto con el Indio Fernández y Gabriel Figueroa para hacer algunas de las más célebres películas del cine nacional.

Sobre la participación de Don Mauricio en el cine, citó a García Riera para decir que “los mejores guiones que se escribieron fueron los de Mauricio Magdaleno, en ellos están presenten sus preocupaciones sociopolíticas, además de una gran fuerza lírica y uno diálogo perfecto”. Mencionó como algunas de las mejores películas en que participó Magdaleno, las siguientes: Flor Silvestre, Islas Marías, María Candelaria, Río escondido, El compadre Mendoza, Maclovia y Pueblerina. Dijo que María Candelaria “es un poema cinematográfico”.

Gutiérrez Vega hizo una reseña de los principales valores que encuentra en las novelas del homenajeado y se detuvo en El resplandor para decir: “me puse a buscar paralelos entre El Resplandor y El Gesticulador de Usigli: hay sin duda cosas muy parecidas. Sin duda que Usigli se basó en El Resplandor para su personaje de El Gesticulador. Crítica de las promesas incumplidas de la Revolución y de abandono de las naciones indígenas”.

La intervención del poeta concluyó de esta manera: “..me ha dado mucho gusto escuchar la voz de su nieta, me ha interesado enormemente el trabajo de Juan Domingo y me ha emocionado su nieto pianista, para recordar a ese hombre polifacético, a ese artista que abarcó todos los géneros, al novelista crítico, al poeta de imágenes teatrales y cinematográficas, al hombre fiel a sus ideas y a sus puntos de vista; Magdaleno sabía que como dice el proverbio oriental: ‘la libertad comienza en mi boca’. Ahora releemos sus verdades, sus quejas, sus entusiasmos y nos asombramos ante el hombre, el político, y el artista: estos tres aspectos son inseparables, forman el lenguaje de su alma y preservan su verdad. Muchas gracias”.