Saturday, August 06, 2011

Iré a la Universidad otra vez.

Iré a la Universidad otra vez.

He estado haciendo recientemente esta confesión a mis amigos y la mayoría ha preguntado de inmediato: ¿Y de qué vas a dar clases?
Luego les aclaro que no daré ninguna clase: iré a la Universidad a estudiar otra vez. Ante la cara sorprendida que ya me está haciendo una segunda pregunta, yo respondo: una maestría en Lingüística Aplicada. Eso estudiaré. Si, en la UNAM.

¿Por qué les sorprenderá? ¿Por mi edad? ¿Porque algunos saben que ya hice una maestría? ¿Porque ahora dejaré de trabajar (y de percibir un sueldo)?

Mientras disminuye su sorpresa yo voy desgranando mas confesiones, expectativas, sueños: es que nunca me titulé de la otra maestría, es que ahora que no estoy trabajando con horario fijo tengo tiempo, es que tengo mucho material para hacer una tesis interesante, es que mi amiga Celia Diaz (discípula de Emilia Ferreiro) será mi asesora, es que tengo ganas, muchas ganas de aprender.

Si veo que aun le sobra tiempo y paciencia a quien me escucha, le cuento de esta emoción resucitada: volver a ser alumno. Le describo las vicisitudes que viví para pasar los tres exámenes, la entrevista de admisión y los infaltables e insufribles trámites administrativos.

Si advierto una sombra de preocupación en la voz del que oye, me adelanto y le explico: "Pediré la beca Conacyt y entre semana daré algunos cursos. Tengo algunos ahorros".

Y antes de que se asome la falta de fe, les digo: “esta vez sí, sí me titularé; es que no conoces a Celia mi asesora: me pidió el proyecto de tesis antes de que presentara los exámenes de ingreso (por si las dudas).

Si tú que estás leyendo llegaste hasta aquí, te agradezco el interés por mi persona y por las cosas que hago. Y termino diciéndote:

Durante los últimos tres años anduve recorriendo el país, dando cursos y conferencias sobre la enseñanza de la lectura y la escritura; trabajé, hombro con hombro y de tiempo completo, con maestros de todo el país y tuvimos logros que pueden verse en los niños; ahora cambiaré un poco el ritmo pero no me desligaré del todo: talleres en fin de semana (en días no laborables, si alguien se anima), seguiré escribiendo materiales de apoyo (colaborando incluso con la SEP). En fin, sigo a sus órdenes para apoyarlos.

Iré a la Universidad otra vez, por unos meses. Pero seguiré trabajando para que los niños de nuestro país, comprendan el lenguaje y les sirva para ser mejores mexicanos, con un mejor destino.

Gracias.